«Free, free Palestine» (Libertad, libertad para Palestina), «Death, death to the IDF» (Muerte, muerte a las Fuerzas de Defensa de Israel). Estas fueron algunas de las consignas coreadas el pasado sábado durante el concierto del dúo británico Bob Vylan en el escenario West Holts del festival de Glastonbury. La actuación, transmitida en directo por la BBC a través de su plataforma iPlayer, generó una fuerte polémica política y mediática en el Reino Unido . Dos días después, este lunes, la cadena pública emitió un comunicado en el que reconoce que no debió haber retransmitido esas imágenes sin cortarlas.«El lenguaje antisemita es completamente inaceptable», afirmaron desde la BBC. «De acuerdo con nuestras normas editoriales, no volveremos a ofrecer esta actuación en iPlayer», añadió la cadena, que explicó que durante la transmisión en directo ya se había emitido una advertencia en pantalla sobre contenido potencialmente ofensivo, pero admitió que eso no fue suficiente dadas las circunstancias. «Con la información que tenemos ahora, está claro que deberíamos haber interrumpido la emisión en el momento en que se pronunciaron esos cánticos», reza el comunicado, en el que la cadena añade que «estamos revisando nuestros procesos de supervisión de eventos en vivo para asegurarnos de que nuestros equipos estén mejor preparados para tomar decisiones editoriales en tiempo real cuando surjan situaciones de esta naturaleza». La declaración se hizo pública tras un fin de semana en el que la polémica fue creciendo a medida que las reacciones se acumulaban en redes sociales y medios de comunicación.Aunque el contenido fue retirado de la plataforma bajo demanda, la emisión original ya había sido vista por miles de personas, y el fragmento en cuestión sigue circulando ampliamente en internet. El hecho de que la BBC no contara con un mecanismo de corte inmediato o que no se ejerciera ese control en tiempo real, pese a que el concierto estaba siendo supervisado por un equipo editorial, ha sido objeto de duras críticas por parte de figuras públicas y de miembros del Parlamento. El incidente ha desatado reacciones de líderes de todos los partidos, críticas del regulador Ofcom y el anuncio de una investigación policialLa cadena ha anunciado que revisará sus protocolos para eventos en directo, pero por el momento no ha detallado en qué consistirá esa revisión ni qué nuevas herramientas podría implementar. Tampoco se ha informado si habrá consecuencias disciplinarias para los responsables editoriales que supervisaban la cobertura desde el centro de producción.El incidente ha desatado reacciones de líderes de todos los partidos, críticas del regulador Ofcom y el anuncio de una investigación policial. En medio de un clima social especialmente tenso por la guerra en Gaza , el caso ha reavivado el debate sobre los límites del discurso político en escenarios culturales, la responsabilidad de los medios públicos y el papel del arte como forma de protesta.La controversia comenzó cuando Bob Vylan, conocido por sus letras combativas, introdujo una intervención política durante su set. En el momento en que el vocalista Bobby Vylan pronunció la frase «Free, free Palestine» (Libertad, libertad para Palestina), parte del público respondió con la consigna «Death, death to the IDF» (Muerte, muerte a las Fuerzas de Defensa de Israel). Aunque la letra no formaba parte explícita de la canción, la interacción entre el artista y la audiencia ocurrió en el contexto de la actuación y fue recogida en directo por las cámaras de la BBC.El primer ministro Keir Starmer calificó los cánticos de «discurso de odio repugnante» y afirmó que la BBC debe explicar por qué permitió su difusión. Wes Streeting, ministro de Sanidad, declaró que «tanto la BBC como Glastonbury tienen preguntas importantes que responder», mientras que desde el Partido Conservador, el portavoz de Interior, Chris Philp, pidió a la policía que investigue penalmente a la emisora por presunta incitación al odio. La ministra de Cultura, Lisa Nandy , envió una carta al director general de la BBC solicitando aclaraciones urgentes sobre lo ocurrido.«Nos horroriza lo ocurrido. No hay lugar en Glastonbury para el antisemitismo, el discurso de odio o la incitación a la violencia»En paralelo, el organismo regulador Ofcom confirmó que está recopilando información preliminar y revisará si la transmisión infringió los códigos de emisión que rigen para la cadena pública. También la policía del condado de Avon y Somerset, responsable de la seguridad en el festival, ha iniciado un análisis de las grabaciones tanto de Bob Vylan como de otros grupos, como el trío irlandés Kneecap, cuya actuación también fue objeto de controversia por sus mensajes políticos. En el caso de Kneecap, la BBC optó por no transmitir el concierto, tras conocerse que uno de sus integrantes había mostrado una bandera asociada a Hezbolá en un concierto anterior y enfrenta por este hecho cargos relacionados con terrorismo.Desde la organización del festival, Emily Eavis , codirectora de Glastonbury, expresó su rechazo a los cánticos. «Nos horroriza lo ocurrido. No hay lugar en Glastonbury para el antisemitismo, el discurso de odio o la incitación a la violencia», señaló en un comunicado. En términos similares se expresó la embajada de Israel en Londres, que calificó la retransmisión como un acto de «retórica incendiaria» y recordó que la libertad de expresión no ampara llamados a la violencia.En defensa de su actuación, el cantante Bobby Vylan publicó un mensaje en redes sociales donde afirmó que «enseñar a nuestros hijos a alzar la voz por el cambio es la única manera de hacer de este mundo un lugar mejor». El grupo no ha ofrecido disculpas públicas, pero sí ha insistido en que su intervención fue una expresión de solidaridad política con el pueblo palestino. La agencia que representaba a Bob Vylan, United Talent Agency, anunció poco después que deja de trabajar con ellos.